Hoy quiero expresarles mi total admiración y respeto a todos mis amigos(as) que, en algún momento de sus vidas, tuvieron el valor de ser felices y reconocer quiénes eran sin temor a lo que pensaran los demás.
Y aunque la sociedad es más abierta hoy por hoy ante las diferentes orientaciones sexuales, aún existe mucho tabú. Por supuesto que no es fácil reconocerlo, pero es ahí cuando verdaderamente entenderás quién es realmente tu familia, tus amigos, tu círculo cercano.
El psicólogo, Alejandro Alder, explica la importancia de la salida del clóset: “El hecho de tener que ocultar quién eres, si sabes que tu entorno no te acepta, es un factor asociado con el riesgo de desarrollar ansiedad. Estamos más expuestos a caer en adicciones, a tener síntomas depresivos, de ansiedad, a poder desarrollar un TCA (bulimia, anorexia, etc.) a experimentar sensaciones de vacío o a entrar en procesos de ideación, planificación o intento de suicidio”.
Sin embargo, el psicólogo admite que este paso no es igual para todos: “Cada sujeto tiene unas circunstancias muy concretas que, desafortunadamente, hacen que no todo el mundo pueda elegir salir del armario en el momento que tal vez quisiera”.
Como toda historia, hay partes que no son tan agradables, por ejemplo, en España, existió una ley de vagos y maleantes, especialmente para los hombres, en donde se les perseguía y encarcelaba. Con el fin de la dictadura, dejó de aplicarse esta ley y se derogó definitivamente en 1995.
En el caso de las lesbianas, la situación no era mejor, porque la mayoría de las veces eran encerradas en psiquiátricos una vez reconocían su orientación sexual.
Felizmente, la OMS (Organización Mundial de la Salud) dejó de considerar la homosexualidad como una “enfermedad mental” el 17 de mayo de 1990, fecha que conmemora el día internacional contra la homofobia, la bifobia y la transfobia. Esta decisión marcó un hito en la lucha por los derechos de la comunidad LGBTQ+.
Por supuesto que fue el resultado de años de activismo por parte de organizaciones gays, quienes denunciaron y exigieron el reconocimiento de la homosexualidad como una variación natural de la sexualidad humana. Esto tuvo impacto no solamente en la salud mental, sino también implicaciones legales y sociales de miles de personas, permitiendo el acceso a servicios de salud y sentando un precedente en la lucha por la igualdad de derechos y la inclusión.
Nuestro equipo de chismosos, digo, de inquietos colaboradores, quiso investigar sobre la historia de algunos famosos que nunca salieron del clóset, armario, o escaparate, pero que al parecer todos lo sabían menos nosotros.
George Washington: cuentan los historiadores que, en un momento de la guerra revolucionaria, George quizás fue el primer aliado de la comunidad en Estados Unidos y alentó a Alexander Hamilton y John Laurens a compartir abiertamente una litera mientras estaban en el campamento.
También era masón, y algunos periódicos alegaban que en ese momento los miembros de esta logia se dedicaban a la penetración anal con púas de madera. ¡Fuertes declaraciones!
James Buchanan: el único presidente soltero elegido de Estados Unidos y también puede ser recordado en la historia como el primer presidente homosexual. Se dice que tuvo un romance con el senador William Rufus King.
Abraham Lincoln: la sexualidad del presidente Lincoln ha sido cuestionada durante siglo y medio, y se destaca su relación duradera con Joshua Speed. El historiador C.A. Tripp afirma que tuvo varios romances incluso con su guardaespaldas.
Katherine Hepburn: La actriz estadounidense 4 veces ganadora del Oscar solo tuvo un marido, Ludlow Ogden Smith, cuando tenía 21 años. Pero, fue más un agente que un esposo por 6 años. En una de sus biografías, se habla de una extensa lista de mujeres que fueron sus amantes.
Juan Gabriel: el divo de Juárez. Por años, su homosexualidad fue cuestionada y nunca la confirmó o negó, pero siempre respondía a la insistente pregunta con el icónico: “Lo que se ve, no se pregunta”.
En la actualidad, hombres y mujeres, sin importar su orientación sexual o su oficio, siguen trabajando y luchando por la igualdad y la inclusión de las personas LGTBQ+, porque, pese a los notables avances, aún existen países en donde la homosexualidad es criminalizada, discriminada y persisten prejuicios y estigmas sociales.
El psicólogo Alder explica cómo conductas discriminatorias de odio, rechazo, maltrato y humillación hacia la comunidad se dan desde la infancia y la adolescencia:
“El niño o la niña crecen con la información indirecta de que lo que son y lo que sienten está mal visto por su contexto familiar o educativo. Empiezan a crecer con la pregunta; ¿qué pasa conmigo?, ¿estoy solo en el mundo?”.
La famosa bandera del orgullo, creada por el artista Gilbert Baker, se flameó por primera vez el 25 de junio de 1978 durante el desfile del Día de la Libertad Gay de San Francisco. Como en todo proceso, la bandera cambió a seis franjas por la no disponibilidad de dos colores, el rosa y el turquesa. Sin embargo, la obra de Baker ha sido adoptada en todo el mundo como símbolo del orgullo y emblema de la comunidad LGBTQ+.
La homosexualidad no debe ser un conducto para la vergüenza, y espero que algún día esa linda bandera nos represente a todos como sus colores. Rosa intenso para representar el sexo, rojo para la vida, naranja para la curación, amarillo para la luz del sol, verde para la naturaleza, turquesa para el arte, índigo para la armonía y violeta para el espíritu; un hermoso arcoíris lleno de amor.
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