En estos tiempos de las redes sociales en las que, cada vez, ganan más terrenos los influencers obsesionados por la fama, uno queda confundido si lo que se difunde es para sumar likes, entretener o educar.
De las difusiones, hace poco, me llamó la atención la de un niño que entra en un supermercado y prácticamente destruye la sección de panadería y postres, mientras es filmado sin que nadie intervenga.
En los comentarios hay de todo, desde los que proponen aplicarle la disciplina de ‘Martín Moreno’, como se denominaba, en muchas regiones de Colombia, la correa para ‘sacarle lo malo y meterle lo bueno’; o los que con prudencia sostienen que puede ser una patología de comportamiento del niño que debe ser tratada desde lo científico.
Aquí hemos tratado de contribuir mediante aportes periodísticos, soportados por el conocimiento y experiencia de expertos, a la formación de buenos ciudadanos. Hay que reconocer que la tarea no es nada fácil, pero tampoco imposible, puesto que se deben tener en cuenta muchos factores sociales y económicos.
Los videos que he visto me llevaron a desempolvar la importancia de la buena crianza de niños y adolescentes y recurrí a unas recomendaciones recopiladas de quienes más saben de la temática, desde lo psicológico, psiquiátrico y filosófico… se las comparto:
1. Fomenta la comunicación abierta:
– Escucha activamente sin juzgar.
– Valida sus emociones, incluso si no estás de acuerdo.
– Usa preguntas abiertas para conocer sus pensamientos.
2. Establece límites claros y coherentes:
– Las reglas deben ser comprensibles y consistentes.
– Explica el “por qué” detrás de cada norma.
– Aplica consecuencias proporcionales y educativas, no punitivas.
3. Demuestra afecto y apoyo emocional:
– El cariño no se da por sentado: abrazos, palabras de aliento y tiempo de calidad son esenciales.
– Reconoce sus logros, grandes o pequeños.
– Sé un refugio emocional en momentos difíciles.
4. Sé un modelo de conducta:
– Los niños aprenden más por lo que ven que por lo que se les dice.
– Practica la empatía, la honestidad y el respeto en tu vida diaria.
– Reconoce tus errores y muéstrales cómo se corrige con humildad.
5. Dedica tiempo exclusivo:
– La calidad del tiempo importa más que la cantidad.
– Crea rituales familiares: cenas juntos, caminatas, juegos.
– Evita distracciones tecnológicas durante esos momentos.
6. Fomenta la autonomía progresiva:
– Permite que tomen decisiones acordes a su edad.
– Enséñales a resolver problemas por sí mismos.
– Celebra sus intentos, no solo sus éxitos.
7. Promueve el aprendizaje y la curiosidad:
– Estimula preguntas, lecturas y exploración.
– No impongas respuestas: acompaña su búsqueda.
– Apoya sus intereses, aunque no coincidan con los tuyos.
8. Cuida su salud mental y física:
– Observa cambios de comportamiento o ánimo.
– Fomenta hábitos saludables: sueño, alimentación, ejercicio.
– No dudes en buscar ayuda profesional si lo necesitas.
9. Practica la disciplina positiva:
– Evita gritos, humillaciones o castigos físicos.
– Usa el refuerzo positivo y el diálogo como herramientas.
– Enseña consecuencias naturales de sus actos.
10. Adapta tu crianza a cada etapa:
– Lo que funciona con un niño pequeño no sirve igual con un adolescente.
– Aprende sobre las necesidades evolutivas de cada edad.
– Sé flexible, pero firme: el equilibrio es clave.
Estimo que hay buen insumo para emprender la tarea que, repito, no es nada fácil, pero que puede adoptarse como un gran reto si queremos ver una mejor sociedad de la que hagan parte activa nuestros retoños.
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