Siempre lo he dicho: “menos es más”, y aplica para TODO. Sin embargo, toda regla tiene su excepción y en asuntos sexuales también TODO se vale mientras se tenga el consentimiento de ambas partes. Aquí no aplica el menos sino el más, para sentir más placer.
Hay personas que consideran poco atractivo lo convencional, por eso hay niveles de satisfacción; lo importante es hablarlo y expresarlo para llegar a acuerdos y estar en la misma sintonía.
Así que hoy, sin más preámbulos, les hablaré de ciertos detalles que pueden parecer pequeños, e incluso pasan inadvertidos, cuando en realidad tienen mucho más poder del que creemos:
Los gemidos: aunque las mujeres somos más auditivas y olfativas y los hombres más visuales, en general, todos los sentidos cuando estamos en estado de excitación son más sensibles, por lo tanto, están más abiertos a toda clase de estímulos.
Los gemidos son una de las tantas maneras de responder al placer, por eso, no hay nada más placentero que escucharlos y disfrutarlos.
Apartar la lencería: en ocasiones, es mucho más sexy, y resulta un mayor estímulo para la vista, no quitar del todo la ropa interior sino apartarla un poco, por ejemplo, apartar la tanga, dejar el brasiere o la ropa mientras estás en los juegos previos o incluso durante la penetración.
Besos en la espalda: la piel es la zona erógena más grande del cuerpo y la espalda es una parte muy sensible, tocar suavemente y besarla es una oportunidad que no se debe desaprovechar.
Besos en las tetillas: aunque siempre han sido infravaloradas, las tetillas de los hombres son una zona bastante sensible, ya que tienen el mismo tejido de los senos solo que en una versión menos desarrollada.
Pero no lo subestimen; besar, lamer y tocar es un fuerte detonante de placer para muchos hombres.
El petting: es una práctica sexual en la que hay contacto físico íntimo con ropa, pero sin llegar a la penetración. Se caracteriza por besos, caricias y tocar zonas erógenas con el objetivo de calentarse.
Plus: es una forma segura de explorar la sexualidad y fortalecer la intimidad, porque no hay riesgo de embarazo o ITS (Infecciones de Transmisión Sexual) o ETS (Enfermedades de Transmisión Sexual).
Despacito: también conocido como slow sex o sexo lento, claramente su nombre lo indica, pero no quiere decir que las relaciones son en cámara lenta.
Es una forma de disfrutar sin afanes o distracciones, es una manera para reconectar de nuevo y mirarse a los ojos, sin estar mirando el reloj constantemente.
Fetichistas de pies: obtener excitación sexual observando, tocando, besando, oliendo, lamiendo y fantaseando con los pies de las mujeres es un fetiche bastante común, pero muy secreto.
Jugar con los pies puede usarse como el inicio de otras prácticas sexuales o para conseguir alcanzar el clímax sin necesidad de otros estímulos.
El misionero: un clásico. En esta posición, una de las 2 personas está arriba y la otra está acostada de espaldas con las piernas abiertas.
No hay límites, porque las manos están libres para tocar y pueden verse frente a frente mientras disfrutan piel a piel.
Escupir: cuando el nivel de morbo, excitación y confianza es alto, es válido hacerlo. Bien lo hemos dicho; todo va en cuestión de gustos, y si para ambos es una fuente de placer y satisfacción hacerlo, todo es perfecto.
A esta conducta se le conoce como salofilia, y se trata de obtener placer a través de la saliva, el sudor e incluso del semen.
Estos pequeños grandes detalles maximizan cualquier encuentro sexual con tu pareja. No subestimes el momento, ni las circunstancias y atrévete a disfrutar de tu sexualidad #sinrecato.
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