Esta semana conversando con un grupo de chat de amigas de la universidad, me atreví a hacerles una pregunta. No pude desaprovechar sus respuestas. De esa informal charla sobre sexo, que alborotó al gallinero terminé por hacer un sondeo con 100 amigas entre los 18 y 60 años.
La pregunta fue la siguiente: ¿Si tu vagina hablara que diría?, mi idea inicial era la de personalizar la vagina, como si ella pudiera hablar y créanme que resulte bastante sorprendida por sus respuestas:
- Sofia, 50 años, ama de casa: “mejor que no hable”
- Paola, 33 años, abogada “si me vas a dar algo de comer, que sea interesante “
- Claudia, 45 años, medico “Grita pene”
- Cecilia, 43 años, auditora “que es una tragona, pero ahora estoy en abstinencia”
- Mónica, 46 años, contadora “tiene ganas, pero no tiene con quien”
- Leonor, 25 años, estudiante de derecho “Distráete con el inadecuado mientras llega el adecuado”
- Milena, 40 años, administradora de empresas “Recuerda que existo. Yo también quiero estar feliz”
- Patricia, 35 años, secretaria “si tienes labios porque no chiflas”
- Juliana 30 años, publicista “entra despacio y haz lo tuyo”
- Inés, 60 años, docente “mejor sola que mal acompañada”
El resultado fue el siguiente, juzguen ustedes:
47 % Están en abstinencia
33% No saben / No responden
20% Están satisfechas
De estas respuestas entendí que a mayor éxito profesional menor vida sexual y viceversa y con respecto a las tímidas vaginas que no quisieron responder estoy segura que bien dirían que la que come callao, come dos veces.
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